Tabaco, el peor enemigo de dientes y encías
Publicado el: 03 de Diciembre de 2013Cerca
de 9 de cada 10 pacientes con respuesta inadecuada tras tratamientos
periodontales son fumadores. El riesgo de fracaso de los implantes dentales se
duplica en fumadores. El tabaco daña las encías, la boca y la salud general.
El daño que provoca el humo del
tabaco en la salud bucodental va más allá del clásico y conocido efecto de
manchar los dientes y la halitosis, su verdadera y mayor amenaza es silenciosa
y no se ve. El tabaquismo está estrechamente relacionado con la enfermedad
periodontal, provocando la pérdida de piezas dentales, y es, junto al alcohol,
causante principal del cáncer oral; además, es uno de los principales agentes
que produce el fracaso de los implantes dentales. «Existe una estrecha relación
entre el tabaco y las enfermedades periodontales tales como la gingivitis o la
piorrea, patologías que se agudizan en los pacientes fumadores», asegura el Dr.
Francisco Rodríguez Lozano, actualmente presidente del Comité Nacional para la
Prevención del Tabaquismo (CNPT).
La cavidad bucal es una de las
localizaciones donde más claramente se manifiestan los efectos del tabaco, ya
que constituye su puerta de entrada obligada en el organismo; al efecto nocivo
que provocan los productos tóxicos del tabaco, se une el efecto del calor
inducido al fumar. El humo de los cigarrillos está compuesto por unos 4.000
constituyentes que son farmacológicamente tóxicos, mutagénicos y
carcinogénicos. Los fumadores tienen mayores niveles de bacterias patógenas en
el periodonto y presentan una disminución de las defensas de la encía frente al
ataque bacteriano, lo que se asocia con un importante aumento en la
susceptibilidad a sufrir una infección periodontal.
Tal y como explica el Dr. Rafael
Magán, de la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA), «la encía del fumador recibe
un menor aporte sanguíneo y de oxígeno, a la vez que disminuyen sus mecanismos
defensivos contra las bacterias de la placa bacteriana. Esto justifica que
estas bacterias dañinas produzcan una mayor destrucción del conjunto de
elementos de sujeción del diente».
Más tarde, más grave... y menos
evidente
Los fumadores no sólo tienen tres
veces más riesgo de sufrir periodontitis y de que ésta progrese más
rápidamente, sino que en estas personas se suele retrasar mucho más el
diagnóstico y, por lo tanto, se retrasa la puesta en marcha del tratamiento más
oportuno para esta enfermedad. Pero, además, la enfermedad periodontal suele
estar enmascarada en los fumadores, al ser menos frecuente y patente uno de los
principales signos de alarma que llevan a muchas personas a consultar a su
odontólogo: el sangrado de las encías. En estas personas, las encías pueden
parecer externamente como no inflamadas a pesar de estar enfermas, aunque es
habitual una mayor formación de cálculo o sarro y la aparición de tinciones o manchas.
Para la Dra. Isabel Santa Cruz,
investigadora de la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense de
Madrid, el mensaje es claro: «si se es fumador, no hay que confiarse en que las
encías están sanas aunque no sangren».
...Y con peor respuesta a los
tratamientos
El tabaco hace que la respuesta al
tratamiento periodontal básico (raspado y alisado radicular) y avanzado
(cirugía periodontal) sea mucho peor, siendo hasta un 50% menor la mejora en
algunos aspectos clínicos. De hecho, la mayor parte de los pacientes que no
responden adecuadamente a los tratamientos periodontales son fumadores
(86-90%).
La respuesta a tratamientos
periodontales más específicos también baja considerablemente entre los
fumadores: los resultados de la cirugía mucogingival empeoran en un 25% en los
fumadores; en los tratamientos regenerativos los fumadores alcanzan una tasa de
respuesta que es prácticamente la mitad que la lograda por los no fumadores; y
la tasa de fracaso de los implantes dentales es dos veces superior entre la
población fumadora, debido a mayores dificultades para que el implante se una
al hueso.
Cáncer oral: la vida en juego
El tabaco es muy irritante y contiene
un alto número de sustancias cancerígenas, entre las que destacan la nicotina y
el alquitrán. Si además se asocia con el alcohol, que permeabiliza aún más las
mucosas, «el riesgo de sufrir un cáncer oral se eleva considerablemente»,
apunta el dentista Francisco Rodríguez Lozano, que junto a su cargo en la CNPT
es vicepresidente del Consejo Europeo de Dentistas (CED).
Aunque la incidencia del cáncer oral
en la población no es alta (8 por cada 100.000 habitantes), esta patología
presenta una alta mortandad porque suelediagnosticarse en estadios avanzados.
El tabaco es uno de los principales
responsables del fracaso de los tratamientos rehabilitadores periodontales,
como los implantes dentales, por su acción irritante y anticicatrizante.
Además, el tabaco es un factor de riesgo para que los portadores de implantes
dentales, cuando éstos ya están unidos al hueso, sufran enfermedades
periimplantarias.
Precisamente, por la incidencia
negativa del tabaco en la correcta asimilación de los implantes dentales,
muchas clínicas recomiendan a sus pacientes no fumar en las dos semanas antes de
la intervención ni durante las ocho sucesivas, para favorecer la integracion
del implante. De esta manera, los dentistas se han convertido en una nueva arma
para luchar contra el tabaco.
Fuente: ABC.es