Odontofobia: un miedo con consecuencias
Publicado el: 10 de Julio de 2013Odontofobia:
un miedo con consecuencias
Las fobias son
miedos irracionales y paralizantes frente a cosas o situaciones concretas, que,
en algunos casos, pueden incluso afectar a la salud de las personas que las
padecen. Es el caso de la odontofobia, el pánico profundo a visitar al
odontólogo, que en la mayoría de ocasiones los pacientes solo intentan superar
cuando su problema dental ya está muy avanzado o el dolor es muy extremo.
El año pasado, la Organización
Mundial de la Salud (OMS) hizo público que más del 15% de la
población sufre odontofobia, y el resto acarrea algún tipo de ansiedad o
malestar cada vez que tiene que visitar al especialista.
El estudio, de la
revista Oral Health and Preventive Dentistry, comprobó que existe una relación
directa entre la ansiedad que provoca acudir al especialista y el peor cuidado
de la higiene dental.
Otra de las cifras recogidas a destacar es que, según una revisión de estudios
publicada a finales del año pasado por la revista Journal of Health
Psychology, el 65% de los dentistas se ve afectado de manera negativa por
los pacientes que sufren odontofobia.
Se trata, en definitiva, de un problema real que afecta tanto a profesionales
como a pacientes.
¿Qué hacer?
Como nos comenta
Felipe, paciente que durante años evitó pisar la consulta de un dentista debido
a un miedo originado en su infancia, la actitud del profesional es clave: Más
allá de técnicas de relajación, lo que más me ha ayudado a mí ha sido la
actitud de mi dentista, su comprensión, que me diera confianza y seguridad,
explicándome con mucha paciencia cada paso que iba a realizar, cómo iba a
hacerlo, los beneficios que iba a obtener
Con las técnicas que existen hoy en
día, la idea del dolor, al final, solo existe en tu cabeza, pero es muy difícil
de controlar.
Diferentes técnicas de hipnosis o relajación y los avances continuos en el
campo de la anestesia complementan hoy en día a unas pautas básicas de sentido
común, como son la buena comunicación entre paciente y especialista, la
paciencia y establecer un vínculo de confianza entre ambas partes. La reducción
de los tiempos de espera en la consulta y la creación de una atmósfera y una
estética agradable de la misma son medidas más prácticas que también ayudan.
En esta línea, ya hay iniciativas por parte de colectivos profesionales que han
detectado el problema y ofrecen soluciones prácticas tanto para pacientes como
odontólogos.
El Colegio de Odontólogos y
Estomatólogos de Madrid (COEM), por ejemplo, pionero en este campo, ya
presentó el año pasado un curso para pacientes enfocado a evitar el miedo
irracional (Prevención y gestión del temor a ir al dentista) y, recientemente
y en base al éxito de la iniciativa, ofreció un curso para que los
especialistas pudieran aprender a manejar al paciente odontofóbico.
En su presentación,
el presidente del COEM, Ramón Soto-Yarritu, señaló que el objetivo es siempre
lograr la máxima calidad asistencial: "Queremos que nuestros profesionales
puedan aprender técnicas para manejar a estos pacientes porque, sin ser algo
estrictamente médico, es fundamental y contribuye en gran medida a facilitar y
mejorar su trabajo y también el tratamiento y resultado para el paciente.
Fuente: El blog de la salud bucal