Hábitos Saludables
Publicado el: 15 de Agosto de 2014Empezar Temprano
Los dientes del
bebé corren el riesgo de tener caries desde el momento en que aparecen, que
normalmente es en torno a los seis meses de edad. La caries dental en los bebés
y niños pequeños suele denominarse "caries del biberón". Suele
ocurrir con más frecuencia en los dientes superiores delanteros, pero otros
dientes podrían verse afectados también. En algunos casos, los bebés y los
niños pequeños presentan una caries tan grave que no es posible reparar los
dientes y hay que extraerlos.
¡La buena noticia
es que la caries se puede prevenir!
La mayoría de los
niños tiene el conjunto completo de los 20 dientes de leche a los tres años. A
medida que el niño crece, sus mandíbulas también lo hacen, y dejan espacio para
los dientes permanentes.
La Limpieza de los
Dientes de su Hijo
Empiece a limpiar
la boca del bebé durante los primeros días después del nacimiento; limpie las
encías con una gasa o una toallita limpia y húmeda. Tan pronto como aparezcan
los dientes, puede aparecer la caries.
A los niños
menores de 3 años, las personas encargadas de su cuidado deben comenzar a
cepillarles los dientes tan pronto como empiecen a salirles, utilizando una
cantidad de pasta de dientes fluorada no mayor que una mancha en el cepillo o
el tamaño de un grano de arroz. Cepille los dientes del niño cuidadosamente dos
veces al día (por la mañana y por la noche) o siga las instrucciones de un
dentista o de un médico. Supervise a los niños cuando se laven los dientes para
asegurarse de que utilizan la cantidad adecuada de pasta de dientes.
A los niños de 3
a 6 años, las personas encargadas de su cuidado deben darles una cantidad de pasta
de dientes fluorada no mayor del tamaño de un chícharo. Lavar los dientes
cuidadosamente dos veces al día (por la mañana y por la noche) o seguir las
instrucciones de un dentista o de un médico. Supervise a los niños cuando se
laven los dientes para minimizar la ingestión de pasta de dientes.
Hasta que esté
seguro de que su hijo puede cepillarse solo, continúe cepillándole los dientes
dos veces al día con un cepillo infantil y una pequeña cantidad de pasta
dentífrica fluorada. Cuando el niño tenga dos dientes que entren en contacto,
debe empezar a utilizar seda dental a diario.
Dentición
La dentición es uno
de los primeros rituales de la vida. Aunque, por lo general, los recién nacidos
no tienen dientes visibles, la mayoría tiene por lo menos una serie de dientes
infantiles desarrollados parcialmente, que empiezan a aparecer normalmente a los
seis meses del nacimiento. Durante los primeros años de vida del niño, los 20
dientes infantiles salen a través de las encías y la mayoría de los niños tiene
todos estos dientes a los 3 años. Los cuatro dientes delanteros de un bebé
suelen aparecer o empujar a través de las encías a los seis meses, aunque
algunos niños no tienen su primer diente hasta los 12 o 14 meses. Cuando salen los dientes, algunos niños
pueden mostrarse nerviosos, no dormir o irritarse, perder el apetito y babear
más de lo habitual. Diarrea, erupciones y fiebre no son síntomas habituales en
un bebé al que le están saliendo los dientes. Si el niño tiene fiebre o diarrea
mientras le salen los dientes, o sigue mostrándose malhumorado e incómodo,
llame al médico.
Primera Visita al
Dentista
Tan pronto como
aparezca el primer diente del niño, es el momento de programar una visita al
dentista. La ADA recomienda que la primera visita al dentista se efectúe en los
seis meses después de que aparezca el primer diente, como muy tarde cuando el
niño cumpla un año. No espere a una situación de urgencia. Asegure la comodidad
de su hijo hoy con buenos y saludables hábitos bucales.
Aunque, en la
primera visita, el dentista principalmente examina la boca del niño y comprueba
el crecimiento y el desarrollo, también trata de comprobar si su hijo se siente
cómodo. Para que la visita sea positiva:
Considere la
posibilidad de concertar una cita por la mañana, cuando los niños tienden a
estar descansados y cooperativos.
No muestre
señales de ansiedad o preocupación. Los niños pueden dejarse influir por
nuestras emociones, así que sea positivo.
No utilice nunca
una visita al dentista como un castigo o amenaza.
Nunca soborne a
su hijo.
Durante dicha
visita, el dentista:
Comprobará si hay
lesiones orales, caries u otros problemas.
Le hará saber si
su hijo corre el riesgo de desarrollar caries dental.
Limpiará los dientes del niño y le dará consejos para el cuidado diario.
Le hablará sobre
la dentición, el uso de chupetes o el hábito de chuparse los dedos o el pulgar.
Hablará de
tratamientos, en caso necesario, y programará la siguiente revisión.
Flúor
El flúor es un
mineral que aparece de forma natural en todas las fuentes de agua, incluidos
los océanos y los lagos. Sin embargo, el flúor se encuentra también en algunas
aguas corriente, pastas dentífricas y enjuagues bucales. Los bebés y niños
pequeños que no reciban una cantidad suficiente de flúor podrían tener un mayor
riesgo de desarrollar caries dental, ya que el flúor contribuye a que el
esmalte dental sea más resistente a la caries. También ayuda a reparar el
esmalte debilitado. El agua embotellada quizá no contenga flúor; por tanto, los
niños que habitualmente beben agua embotellada o agua corriente no fluorada
podrían no contar con los beneficios del flúor. Si no está seguro de si el agua
corriente tiene flúor, póngase en contacto con el departamento de sanidad
estatal o con el proveedor de agua.
Chupon
Los bebés y los
niños pequeños pueden chupar el pulgar, los dedos o los chupones. Los chupones
untados en azúcar o miel pueden provocar caries dental. Esta también puede
comenzar en el momento en que las bacterias que causan caries pasan de la
saliva de la boca de la madre al niño. Cuando la madre o los cuidadores se
llevan la cuchara del bebé a la boca, o limpian el chupon con la boca, las
bacterias pueden pasar al bebé.
Fuente: Mouth Healthy