Anorexia, bulimia: los dientes también sufren las consecuencias
Publicado el: 22 de Mayo de 2014Una alimentación sana para tener dientes sanos: los trastornos alimenticios como la anorexia y la bulimia, que afectan a un 15% de las adolescentes, tienen graves consecuencias sobre la salud dental.
Aunque estas
enfermedades son conocidas por la mayoría de la gente y tratadas desde el plano
psiquiátrico, a menudo se ignoran sus consecuencias sobre la salud bucodental.
Dientes gastados,
caries, encías retraídas, hipersensibilidad
los trastornos alimenticios, sobre
todo cuando incluyen vómitos, provocan daños a menudo irreversibles. A la
espera de superar la enfermedad, conocer los métodos actuales puede ayudar a
limitar los daños.
Los trastornos alimenticios también
repercuten sobre los dientes
Los trastornos
alimenticios afectan, en diversos grados, a 15% de las adolescentes y entre 5 y
10 veces menos a la población masculina. Se caracterizan por una preocupación
constante por la comida, una alteración de la propia imagen y un control
excesivo del peso hasta el punto de afectar la salud física, psicológica y las
relaciones sociales.
Los trastornos
alimenticios están representados principalmente por la anorexia mental
(restricciones alimenticias) y la bulimia (crisis compulsivas). Estas dos
enfermedades pueden alternarse o sucederse. A menudo van acompañadas de
conductas purgativas o compensatorias destinadas a limitar el aumento de peso
(vómitos provocados, utilización de laxantes, ayuno, hiperactividad física,
etc.). En su forma más severa, que supone un indice de masa corporal (IMC) inferior a 17,5% y problemas
hormonales, la anorexia mental afecta a entre 0,9 y 1,5% de las mujeres y a
entre 0,2 y 0,3% de los hombres.
El Prof. P. Colon,
cirujano-dentista, docente de odontología conservadora y endodoncia, confirma
los perjuicios de los trastornos alimenticios en los dientes: Desde los
primeros años de la enfermedad, aparecen lesiones de desgaste. Aunque las más
características están ligadas a los vómitos, la anorexia puramente restrictiva
provoca igualmente alteraciones de los dientes, ya que las costumbres
particulares de los enfermos también influyen.
Lesiones dentales características
Las lesiones
dentales ligadas a los trastornos alimenticios comportan un desgaste químico y
mecánico. El Prof. Colon explica: El esmalte, fragilizado por los ataques
ácidos de orígenes diversos (erosión), se afina y acaba desapareciendo, dejando
expuesta la dentina, que es más blanda. En ese momento el fenómeno se acelera,
amplificado por la fricción de los dientes entre sí (atrición) o por el uso
inadecuado del cepillo de dientes, incluso con los alimentos (abrasión). La
localización de las lesiones revela su origen.
Lógicamente, las
lesiones que pueden atribuirse a los vómitos se encuentran en el trayecto:
afectan principalmente la cara interna de los dientes, del lado del paladar y
comienzan en la confluencia entre las encías y los dientes, en los incisivos.
En definitiva, el esmalte desaparece totalmente del lado interno. El diente se
gasta en forma biselada y pierde altura.
Las crisis de
bulimia y la alimentación particular de las personas que sufren trastornos
alimenticios los exponen también al reflujo gastroesofágico, a menudo por la
noche, lo cual provoca nuevos ataques ácidos que pueden pasar desapercibidos.
Las lesiones ligadas al reflujo gastroesofágico se localizan a veces de un
solo lado de la mandíbula en función de la posición adoptada para dormir,
destaca el Prof. Colon.
Sin embargo, las
lesiones pueden también afectar la cara externa de los dientes, debido al
importante consumo de bebidas ácidas. El Prof. Colon precisa que para llenarse
el estómago o ayudar a los vómitos, algunos pacientes tragan hasta seis litros
de refrescos por día. Ahora bien, está claro que estas bebidas constituyen un
factor mayor de erosión. Y, por ejemplo, cuando condimentan las verduras, a
menudo utilizan vinagre, zumo de limón y mostaza.
En todo caso, la
cara triturante de los molares no se salva, sobre todo porque la saliva, a
menudo presente en cantidad insuficiente y/o de mala calidad a causa de la
desnutrición, ya no logra neutralizar la acidez bucal. Las lesiones, primero
localizadas en las partes prominentes, luego se extienden y horadan los molares,
que terminan por perder tamaño.
Finalmente, en los
enfermos de anorexia grave, las encías pueden retraerse y dejar expuestas las
raíces a los ataques ácidos y al cepillado agresivo. Con la idea de purificarse
o para no oler a vómito, algunos pacientes se cepillan los dientes diez o
quince veces por día, ¡durante más de 20 minutos!
Caries y dolores de todo tipo
Además de tener
los dientes fragilizados por los ataques ácidos, poco protegidos por una saliva
y defensas inmunológicas degradadas, las víctimas de trastornos alimenticios
consumen muchos productos ricos en azúcar cuando viven una crisis compulsiva,
pero también sodas o leche azucarada para vomitar. De este modo, las caries
aparecen rápidamente.
A causa de la
pérdida de esmalte, los dientes se vuelven más sensibles, dolorosos al contacto
con el frío, los ácidos, las azúcares y a veces incluso el cepillado. La
dentina, naturalmente más amarilla que el esmalte se colorea también más
fácilmente al contacto con los alimentos, provocando una degradación estética.
Luego de una
decena de años de sufrir estas condiciones, a menudo hacia la edad de 30 años,
la pérdida de tamaño se vuelve visible, perjudicial desde el punto de vista
estético y funcional, sobre todo porque los dientes tienden a romperse. En algunos
pacientes, los incisivos solo miden unos milímetros, los molares superan apenas
las encías y aparece un vacío entre arcadas, describe el Prof. Colon. Esta
pérdida de tamaño puede ser responsable de dolores articulares e incluso de una
neuralgia esencial de trigémino, extremadamente dolorosa.
Limitar las repercusiones estéticas y
funcionales
Esperando la
curación, el Prof. Colon recomienda a los pacientes que vomitan enjuagarse la
boca solo con agua y esperar por lo menos veinte minutos antes de cepillarse
los dientes, consejo válido también para después de ingerir alimentos y bebidas
ácidas.
Los dientes deben
cepillarse verticalmente, las encías hacia las extremidades, apoyando el
cepillo de forma que las cerdas accedan a los espacios interdentales, con un
cepillo de dientes suave y un dentífrico no abrasivo, idealmente
remineralizante. Los cepillos eléctricos son útiles, especialmente los modelos
que poseen un sistema que los hace detenerse cuando la presión ejercida sobre
los dientes se vuelve demasiado fuerte, precisa el Prof. Colon. Existen también
soluciones dentales específicas para la erosión.
A menudo las
personas afectadas por trastornos alimenticios también consumen tabaco, alcohol
y a veces diversas drogas que influyen en la degradación de los dientes
(coloraciones, ataques ácidos, disminución del flujo salival, mala salud
general). Inversamente, masticar chicle sin azúcar de vez en cuando estimula la
producción de saliva limitando el reflujo gastroesofágico.
Por vergüenza o
culpa, muchos enfermos no van al dentista, se lamenta el Prof. Colon. Sin
embargo, consultar permite limitar los daños. Cuando la enfermedad no se ha
curado, el dentista puede proponer un aporte local de flúor y el reemplazo del esmalte y la
dentina por e resinas compuestas que permiten recuperar el tamaño, forma y
color natural de los dientes. Las restauraciones compuestas son un poco menos
brillantes y resistentes que las facetas y coronas de cerámica pero tienen la
ventaja de conservar los tejidos sanos, destaca el Prof. Colon. Una vez
curados, los pacientes pueden perfeccionar los resultados como deseen.
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Fuente: Doctissimo